Entre 1908 y 1927 el clásico auto Ford modelo T revolucionó la industria de transporte al abastecerla de un vehículo funcional a precios al alcance de mucha gente. La clave para ello fue la producción en masa, que implicaba una gran especialización.

El modelo T no fue el primer auto moderno fabricado (la historia da cuenta de que eso ocurrió alrededor de 1885, en Alemania), pero sí el primer modelo que fue acogido a tal punto que la mayoría de los estadounidenses tenían uno, llegando a producirse más de 15 millones de ese modelo (History.com). Tan popular llegó a ser este modelo que el mismo Henry Ford decía que <<no tiene sentido adelantar a un Ford porque siempre habrá otro adelante>> (Ford Corporate).

Como la competencia siempre aparece, alrededor de 1920 ya existían 10 veces más modelos para elegir que en la década anterior, quedando el modelo T un poco relegado por ser considerado pasado de moda, así que luego de dudarlo un poco, Ford decide lanzar su renovado modelo A, con un diseño renovado y esta vez cuatro colores.

Sin duda el impacto del modelo T fue muy importante, a tal punto que se dice que fue el vehículo que puso al mundo sobre ruedas, algo así como el internet ha revolucionado la forma en la cual intercambiamos información. Pero el modelo T también destacó por contribuir con el desarrollo la línea de ensamble como método de producción y la creación de los conceptos de salario mínimo y jornada de 8 horas, entre otros (Weber, 2008).

De hecho, hace varios años, la especialización era la estrategia más adecuada para conseguir resultados, no solo a nivel industrial, sino también profesional. Hoy todavía necesitamos especialistas y también muchos generalistas, aunque puede que necesitemos más del punto medio.

Este artículo no trata de autos, ni siquiera de industria, sino de cómo una estrategia de vida basada en un modelo, que llamaré también Modelo T, puede funcionar mejor para muchos de nosotros en estos nuevos tiempos. Y, como una variante a la que llamaré Modelo M, podría ser más interesante aún.

Un Mundo de Información

Creo que todos estamos de acuerdo en que vivimos en un mundo repleto de información. Los medios de comunicación y hace varios años el acceso a internet han permitido que la cantidad de información que se genere y se consuma acceso haya crecido exponencialmente [1]Al cierre del 2020 se habían generado 44 zetabytes (1,000 bytes a la séptima potencia) y Google recibe 1.2 trillones de búsqueda al año (Seed Scientific) .

Por supuesto que esto tiene ventajas enormes. Hace miles de años, los primeros homo sapiens tenían que saber muchísimas cosas simplemente para poder sobrevivir, como construir sus casas, cazar y recolectar sus comidas, curar sus heridas, etc (Harari, 2015, p. 49). Hoy basta con un digitar algunas palabras en un buscador, preguntarle vía voz a Siri o Alexa o muy pronto simplemente pensarlo (Neuralink) y nuestra computadora o teléfono personal nos mostrará casi todo lo que necesitamos saber. A diferencia de nuestros antepasados, nosotros no tenemos que saber casi nada para vivir.

Pero como el durazno viene con pepa, tener acceso a tanta información tiene sus problemas: son tantas las fuentes a las cuales se puede consultar que es difícil saber qué tomar como válido, o para llegar a determinarlo puede que tengamos que invertir mucho tiempo [2]Claro que también podemos hacerle caso a lo primero que puede estar en ese lugar por ser bueno o por ser muy malo pero con dinero.

A lo que pretendo llegar aquí es que intentar saber de todo en estos tiempos, es evidentemente imposible, pero también innecesario. Con sus defectos, buscar información de aspectos que no conocemos sí puede servirnos para resolver algunos problemas, pero mejor aún, es conocer en buena medida de aquellos temas que con frecuencia necesitamos para tener las respuestas a la mano y no depender íntegramente del proceso de buscar y filtrar información todo el tiempo.

Generalistas vs Especialistas

Gran parte del progreso que ha generado la humanidad definitivamente procede de la especialización. No solo se producen mejores autos o más económicos, sino que en el mundo profesional muchos de los aportes al desarrollo han provenido de personas que se han dedicado principalmente a un solo tema durante toda su vida.

En su libro Range, David Epstein, pone los ejemplos de Tiger Woods (Epstein, 2019, p.1), las hermanas Polgar (Epstein, 2019, p.16), entre otros, para explicar cómo una vida dedicada plenamente a alguna actividad puede generar resultados extraordinarios.

De hecho, es más fácil volverse especialista hoy en día: uno se podría concentrar en un solo campo o incluso tema, y para todo lo demás solo depender del proceso de búsqueda de información o delegar todo lo demás a alguien que se pueda hacer cargo (por eso existe el outsourcing). Es más, seguimos necesitando especialistas, pues muchas veces la única manera de descubrir nuevas formas es justamente dedicarse a lo mismo todo el tiempo, tal como nuestro cerebro está en capacidad de absorber nuevas cosas (crear circuitos neuronales) cuando las anteriores han sido adecuadamente asimiladas (circuitos neuronales establecidos).

Pero la verdad es que hoy necesitamos también generalistas: personas que sepan algo de una buena cantidad de temas, pues son los que pueden conectar ideas para poner en aplicación lo que aportan los especialistas, tal como el traductor puede ayudar a que uno que sabe solamente chino y otro que sabe solo ruso puedan comunicarse efectivamente.

En el mismo Range se postula que los generalistas son más necesarios que nunca, no solo por lo anterior, sino porque el mundo es tan cambiante que ser un especialista en algo que puede no servir dentro de poco te puede dejar realmente fuera del juego. Tener rango, por otro lado, nos permite esa amplitud de conocimiento que ayuda a pilotear o incluso saltar de un lado a otro, pero además, justamente el hecho de conocer y haber experimentado con campos distintos permite que uno extrapole modelos e ideas de un lado a otro, que no solo sería casi como ser políglota, sino como crear tu propio idioma, que puede que los demás no entiendan pero que te puede hacer entenderte a ti mismo.

Trabajo Profundo vs Superficial

Está comprobado que la única manera de producir algo realmente valioso o distinto (desde un libro hasta una idea, por ejemplo) es dedicarse varias horas a trabajar solamente en ello, siendo que trabajar implica en este caso fundamentalmente pensar. Uno puede imaginar un paisaje mientras respira, porque respirar ya es una actividad automática para el cerebro, pero difícilmente podría imaginarlo mientras hace una operación matemática medianamente compleja, que como no somos computadoras, requiere los mismos recursos que no tenemos por duplicado. Es solo cuando dedicamos atención y pensamos en una sola cosa, que podemos aprovechar las conexiones neuronales ya establecidas para encontrar nuevas rutas que enriquezcan lo que estamos haciendo.

En Deep Work, de Cal Newport, justamente se plantea la necesidad de dedicar intervalos continuos de tiempo a aquellos temas en los que requerimos producir cosas complejas, pues de otra manera nos quedaríamos estancados a medio camino. El otro modo, llamado “shallow work” o trabajo superficial no permite producir nada distinto, pues es ese modo automático en donde operamos a menor esfuerzo y por lo tanto sale siempre lo mismo de nuestra fábrica cerebral. En el mundo laboral y también personal, lamentablemente el trabajo superficial ocupa la mayor parte de nuestro tiempo, pues la sociedad parece valorar la cantidad más que la calidad, y por eso pasamos más tiempo contestando emails y chats que pensando en soluciones eficaces a nuestros problemas más complejos.

El Modelo T

Imaginemos un plano cuya dimensión horizontal hace referencia a la amplitud y la variedad, mientras que el plano vertical se refiere a la profundidad y particularidad.

Evidentemente, generalización y especialización se verían así en el plano:

Del mismo modo, trabajo superficial y trabajo profundo se pueden mostrar así:

El universo de cosas que habría que saber para ser un generalista absoluto es infinito, con lo cual la dimensión horizontal tiene que ser acotada. Por otro lado, por más especialista que se sea, siempre habrá un límite de lo que podamos saber de ese campo, con lo cual también hay límite vertical.

Concentrarse en una sola actividad profunda demanda procesos mentales que es casi imposible mantener por mucho tiempo, por lo que se requiere alternar con otras menos demandantes. Las cantidad de actividades superficiales que el mundo demanda de nosotros es imposible de atender en su totalidad, por lo que debemos elegir solo un grupo de ellas.

Hasta este punto, queda claro que si estos diagramas representan las capacidades de una persona, los ejes tienen que estar acotados:

Una sola línea horizontal sugeriría un grado casi imperceptible de profundidad, que es como saber muy poco de varios temas o dedicarle segundos a actividades superficiales. Para que el saber en varios temas me sea útil, tiene que tener un mínimo grado de profundidad, aquel que permita conectar ideas de varios campos. Del mismo modo, para poder llevar a cabo actividades superficiales de manera exitosa, vamos a necesitar más que algunos segundos o minutos. Este enfoque se puede plasmar engrosando la línea horizontal.

Una solo línea vertical sugeriría ser especialista en algo extremadamente específico o dedicarse muchísimo tiempo a una sola actividad profunda. Lo primero es poco práctico (ni siquiera en medicina han creado la especialidad en el oído derecho, todavía) y lo segundo ya vimos que es poco viable. Una línea vertical más gruesa puede representar mejor una especialización práctica o dedicación de tiempos a una actividad viable.

Mezclamos los ingredientes, los removemos un poco, ponemos la mezcla en el horno por quince minutos y listo. Tenemos el modelo T:

El modelo T implica que no basta con ser especialistas en un solo tema, sino que necesitamos algo de generalidad en nuestras vidas. Esta combinación nos permite dedicarnos a algo a tal nivel que podamos producir algo valioso o distinto, pero sin dejar de dedicarle algo de tiempo y enfoque a aquellos temas que necesitamos conocer por su recurrencia, y así reducir al mínimo la dependencia espontánea de fuentes de información.

El modelo T también propone organizar nuestro tiempo alrededor de una actividad importante, sin dejar de prestarle algo de tiempo a aquellas otras que son necesarias también (insisto en “necesarias” porque está clarísimo que a todo no nos podeos dedicar).

El modelo T no solo está acotado horizontal y verticalmente, sino que el grosor de las líneas de cada dimensión también tiene medidas finitas. De hecho, lo que es constante para una persona y más o menos entre personas, es el área de la T, lo que implica que pueden existir distintas configuraciones pero con áreas más o menos distintas:

Esto último es clave: el área no es otra cosa que una representación de nuestra energía, que es más o menos constante entre personas. Depende de nosotros decidir en qué la empleamos.

El Modelo M

Una variante interesante y entretenida del modelo T es el modelo M. A diferencia de la T, la M se podría representar en nuestro plano con tres líneas verticales:

Dedicarse a especializarse en una sola cosa, a pesar de que guardamos energía para saber un poco de otras, como en el modelo T, puede no ser tan atractivo para algunos. En cambio, dedicarse a más de una especialidad, usualmente distintas entre sí, además de saber lo suficiente de otros temas, no solo es mucho más sexy sino que parece haberle funcionado muy bien a varios de los grandes:

• Newton no solo era físico, área en la que tal vez hizo las mayores contribuciones, sino también matemático (entre él y Leibniz desarrollaron el cálculo), astrónomo, teólogo y hasta alquimista [3]Issac Newton - Wikipedia.
• Eistein era un físico teórico conocido por su Teoría de la Relatividad pero también hizo contribuciones a la mecánica cuántica, mecánica estática, movimiento de moléculas y electromagnetismo, ciertamente todo dentro de la física pero bastante amplio igual. Además, apoyaba causas sociales de la comunidad judía y era un amante de la música [4]Albert Einstein - Wikipedia.
• Darwin era un naturalista, geólogo y biólogo, enormemente conocido por su Teoría de la Evolución [5]Charles Darwin - Wikipedia.

Es cierto, estos tres eran genios, pero tal fue la magnitud de sus aportes que podrían haber hecho solo uno y seguirían siendo de los más grandes científicos, con lo que cabe preguntarse cómo así pudieron ampliar sus espectros o por qué quisieron hacerlo.

De hecho, las oportunidades de extrapolar conocimiento entre campos aumentan en proporción al grado de especialización en cada uno, más aún cuando son diametralmente opuestos (aquí estamos intentando usar geometría muy básica para hablar de formas de vida).

La M del modelo es claramente una simplificación, pues pueden existir variantes, siempre con área (energía) supuestamente constantes:

Para no dejar la referencia a los modos de trabajo profundo y superficial, el modelo M implica en este ámbito dedicarse a más de una actividad profunda, guardando tiempo para otras actividades más administrativas pero necesarias, todo dentro dentro de los campos de especialización elegidos, dejando además tiempo para aquello que no tiene que ver en la especialización:

Un ejemplo puede ayudar a desatar el nudo que puedo haber hecho: supongamos que decides dedicarte al diseño como actividad profesional, a la vez que quieres competir en algunas maratones de alto nivel, todo sin dejar de practicar con tu banda de música. En cada especialidad necesitas llevar acabo trabajo profundo y superficial:

• En el diseño, es trabajo profundo preparar una propuesta de logo para un cliente, mientras que es trabajo superficial enviarle una factura.
• En el running, es trabajo profundo el entrenamiento de tres horas de hoy, mientras que es trabajo superficial inscribirte en la próxima competencia.
• En tu banda de música, es trabajo profundo la tocada de mañana en la noche en un bar, mientras que es trabajo superficial pasarle la voz a tus amigos para que vayan.

Pero además de todo lo anterior, tu vida requiere que pagues el alquiler, saques a pasear a tu perrito y pidas algo para comer, todo superficial, no asociado a ninguna especialización, pero también necesario.

Especialización y Generalización en el Tiempo

Las anteriores representaciones de los modelos T y M se hicieron así para facilitar la recordación, pero en realidad son solo una foto de lo que hemos construido hasta determinado momento. Lo cierto es que durante nuestras vidas, el desplazamiento horizontal y el vertical ocurren uno tras otro en el tiempo. Para explicar esto, vamos a traficar el primero como Amplitud y el segundo como Profundidad, de manera que durante nuestras vidas pasa algo así:

Cuando avanzo en amplitud suspendo el avance en profundidad, y viceversa. Las áreas sombreadas suman una constante: toda la energía que tendrás, que no es otra cosa que potencia por tiempo.

Conclusión

Como en gran parte de los aspectos de la vida, el balance nos puede traer la respuesta a los problemas planteados. El modelo T y más aún, el modelo M, justamente plantean balancear nuestras capacidades de exploración y de explotación dependiendo de las circunstancias:

The proper balance depends on whether you’re winning or losing. If you are currently winning, you exploit, exploit, exploit. If you are currently losing, you continue to explore, explore, explore.

James Clear, Atomic Habits

Lo importante es que el progreso se encuentra en ambas direcciones, no en una sola.

Por otro lado, y tal vez más importante, no debemos dejar de pensar en que la energía no se crea ni se destruye. Justo por eso lo único en lo que tenemos que preocuparnos es en administrarla adecuadamente para avanzar en la dirección correcta.

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Referencias:

• History.com Editors. (12 de julio, 2021). Model T. History.com. Recuperado de: https://www.history.com/topics/inventions/model-t
• Ford Corporate. (12 de Julio, 2021). Ford Corporate. [Página web]. Recuperado de: https://corporate.ford.com/articles/history/the-model-t.html
• Weber, A. (02 de Septiembre, 2008. Assemby. [Página web]. Recuperado de: https://www.assemblymag.com/articles/85804-ten-ways-the-model-t-changed-the-world
• Seed Scientific (25 de Agosto, 2021). Seed Scientific. [Página web]. Recuperado de: https://seedscientific.com/how-much-data-is-created-every-day/
• Harari, Y. (2019). Sapiens. (1.^a ed.). Barcelona, España: Editorial Planeta.
• Clear, J. (2018). Atomic Habits. (1.^a ed.). Nueva York, EE.UU.: Editorial Penguin Random House LCC.

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