Vengo pensando en esto de “meta-” hace algún tiempo. No por el ruido que ha hecho una red social usando el término para su nuevo nombre, sino porque sin darme cuenta he estado pisando el terreno del “meta-“, habiéndole encontrado enorme valor.

El prefijo “meta-” tiene varias acepciones, de las cuales resaltaré dos: la de “más allá” que se usa desde la antigua Grecia (por eso tenemos la “metafísica”, por ejemplo), y la de “X acerca de X” que puede ser el uso más común en la actualidad.

Es sabido que para saber realmente sobre un tema (si es que esto es realmente posible) no basta con dar los primeros pasos. Existen niveles de conocimiento progresivo y cuando llegas a los superiores puedes sentir que ahora sí conoces del tema. Los idiomas o los deportes son ejemplos evidentes: saber unas cuantas palabras no implica saber el idioma, como conocer las reglas implica dominar el deporte. En este sentido, la primera acepción de “meta-” básicamente nos dice que hay que llegar a la cima más alta para poder decir que ya conocemos.

El hábito o las 10,000 horas de práctica nos pueden llevar a niveles increíbles de desempeño o conocimiento, pero esto no asegura entendimiento. De hecho uno aprende la mayor parte de su idioma nativo antes de realmente entenderlo, o algunos pueden llegar a ser deportistas de alto nivel pero no necesariamente saber cómo explicarle a otro cómo lograrlo. No me refiero solo a la incapacidad que a veces tenemos de explicar cómo conseguimos algo, sino a la de ni siquiera saber cómo ocurrió eso realmente, sabiendo que no fue suerte.

La otra acepción de “meta-” puede ayudar bastante. En el ejemplo más básico tenemos a los metadados, que son datos sobre los datos importantes, que son los que acompañan al dato principal en una base de datos pero pueden servir para analizarlos mejor. Pero usos más interesantes como en metalectura (leer sobre leer), metaaprendizaje (aprender sobre aprender) o metapensar (pensar sobre pensar) creo que pueden explicar mejor la utilidad del prefijo.

Uno puede leerse miles de libros, pasarse muchas horas llevando cursos e invertir gran cantidad de tiempo pensando en sus problemas, y no avanzar mucho. Pero si nos preocupamos por las estructuras o las bases, por cómo funciona todo y cuáles podrían ser mejores formas de hacerlo, o toda esta energía sería más productiva o podríamos lograr lo mismo con mucha menos energía.

Tal vez, al final, todo se trate de ir “más atrás” para ir “más allá”. Puedes llegar a un sitio sin saber cómo, o puedes saber cómo llegar y algún día llegar, pero el viaje será completamente distinto.


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