Vengo practicando meditación hace un poquito más de un año. De ninguna manera podría decir que soy un experto, pero sí que tengo alguna experiencia, básicamente porque he intentado ser consistente.

No estoy calificado para explicar qué es realmente la meditación y menos para enseñarle a alguien, pero tengo un gran aprendizaje que compartir, sobre el cual creo gira una gran parte del tipo de meditación que practico, cambiando el “soy” por el “es”.

  • Fase 1: “Yo” estoy en mi cerebro, en la medida que cualquier concepción que se me pueda ocurrir (sobre mí o cualquier cosa) se forma allí. La mente contiene mi ser, o al menos el centro de mi ser.
  • Fase 2: “Yo” no estoy solamente en mi mente, sino en todo mi cuerpo. Mi persona está distribuida por todo mi físico y el centro ya no está en mente, o incluso, no existe centro.
  • Fase 3: “Yo” me desvanezco en la medida que cualquier frontera que me separaba del exterior desaparece, de manera que no es posible hablar del “yo” u “otro” como entes independientes.
  • Fase 4: No existe el “yo” ni el “otro”, sino un sólo “ente”, del que, en el mejor de los casos, podría considerarme una parte.

No sé exactamente cómo se pasa de una fase a la otra al punto de que ni siquiera sé que yo pueda haber pasado. Pero lo que sí tengo clara es la ruta, y sobretodo, en donde termina todo: en el “Uno”.


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