Valiosísima pero complejísima, al parecer. Guardar armonía entre lo que uno cree, dice y hace, una sola vez, no tanto. Pero hacerlo todo el tiempo es realmente difícil.

El problema no es sólo la cantidad de ocurrencias en las que sería necesaria coincidir entre las tres instancias, sino que además cada instancia tiene muchísimas combinaciones (infinitas ya a este nivel).

Si creo en C elementos, comunico D y ejecuto H, N veces, son CxDxHxN posibilidades[1]Si cada instancia tiene sólo 10 posibilidades, ya estamos en 100 millones, imposible de controlar, menos conscientemente.

Pero entonces, ¿cómo ser completamente coherente? No es necesario, de la misma forma que uno no necesita ser feliz el 100% del tiempo para considerarse feliz, o justo el 100% de las veces para ser concebido justo. Lo importante es prepararse para serlo la mayor parte del tiempo posible.

Como son las acciones las que principalmente lo definen a uno, tal vez la solución vaya en sentido contrario a la visibilidad:

  • Creer en pocas cosas
  • Hablar menos y siempre que se pueda, con base en las creencias
  • Actuar cuando valga la pena y en línea con lo dicho, o a veces sin necesidad de esto último

Con muchos menos elementos en cada instancia el problema de la cantidad de ocurrencias se reduce tremendamente, y si además cada instancia depende de otra, todo es menos complicado (D es una función de C, H es una función de D).

Claro, estará el otro problema de que se requerirá pensar infinitas veces (en qué creo, cómo lo digo, qué hago que tenga sentido), pero esto es algo para lo que sí tenemos capacidad, si la queremos emplear. Y como todo aquello suficientemente repetido, en algún momento ya casi no hay que pensarlo.


Suscríbete y recibe más contenido como este:

Notas

Notas
1 Si cada instancia tiene sólo 10 posibilidades, ya estamos en 100 millones