La tecnología ha llegado para hacernos un poco más llevadera nuestra existencia. Recurrimos a ella día a día y no nos podemos imaginar un mundo sin nuestro celular, computadora, televisión, etc. 

Prácticamente el celular se ha convertido en una extensión de nuestro cerebro lo llevamos a todas partes y mucho de nosotros podríamos pasarnos el día entero scrolleando la pantalla. 

La otra vez estuve en un almuerzo familiar y todos estaban callados mirando el celular. Parecían robots. Ahí comprendí la manera en que este aparato ha podido apoderarse de nuestra atención totalmente. 

Junto a los avances tecnológicos, llega también la inteligencia artificial y los robots. Se dice que en unos años más, los robots nos van a reemplazar, ya que van a ser tan inteligentes y capaces que seran superiores a los humanos. Al fin y al cabo, ya tenemos robots en nuestras casas que nos hacen el trabajo mucho más fácil, como por ejemplo las aspiradoras, los asistentes inteligentes que nos ayudan con la automatización de nuestro hogar (prender luces, subir cortinas) o los sistemas de seguridad. 

Pero la pregunta que más de uno se hace es: ¿Qué va a pasar con nosotros cuando los robots nos reemplacen? Es por ello, que hoy escribiremos sobre el artículo de Noah Harari llamado “El significado de la vida en un mundo sin trabajo”, el cual explica sobre la “clase inútil” reemplazada por los robots y su búsqueda por algún propósito. 

Y es que las personas deambulamos por la vida buscando un propósito por el cual valga la pena vivir. Muchos de nosotros estamos sumidos en las religiones, otros en el consumismo y los que quedan en la vida ficticia que podemos encontrar tras un ordenador. Vivimos en un mundo de fantasía, superficial y vacío, en el que estamos condenados porque es lo que hace feliz y plena a la sociedad. 

¿Por qué debes leer este artículo?  

  • Expone a las religiones como un juego de realidad de 3D en en cual existen reglas y leyes imaginarias que si las cumples sumas puntos y si no, restas. 
  • Explica cómo el consumismo estimula a nuestras neuronas y lo hacemos parte de nuestro propósito de vida. 
  • Pone el ejemplo de Israel, en donde le pagan a los judíos por no hacer nada y así son felices. 
  • Explica cómo las realidades virtuales son claves para dar sentido a la clase inútil posterior al trabajo. 
  • Demuestra cómo el mundo en el que vivimos se basa en la fantasía y no en la realidad. 

Lee el artículo de Harari aquí: https://www.theguardian.com/technology/2017/may/08/virtual-reality-religion-robots-sapiens-book