Toda pregunta importante necesita una buena respuesta. De hecho, si ya te la hiciste, es difícil no intentar responderla.

¿Qué hay después de la muerte? , ¿cómo se creó el universo? o ¿por qué ocurren tantas desgracias? son, sin duda, preguntas importantes. Las religiones tienen buenas respuestas, de lo contrario no seguirían existiendo. La ciencia puede no tener siempre respuestas tan interesantes o a veces poco concretas, pero siempre tiene explicaciones más lógicas.

La verdad es que no existe todavía respuesta correcta para las preguntas de arriba. Sin embargo, usualmente nos vemos tentados a marcar alguna opción para así pasar a la siguiente pregunta. El problema es que a veces no todas las preguntas valen igual o incluso las opciones incorrectas tienen puntos en contra.

Si sabes que se trata de una de las preguntas clave del examen, tiene sentido detenerte a pensarla, y hasta tener una alternativa preferida, pero en algún momento debes seguir avanzando en la prueba. Tal vez una pregunta posterior te ayude con esta o el paso del tiempo te haga recordar lo que te faltaba, pero también puede que llegues al final de la prueba y nunca sepas la respuesta.

Lo importante es saber cuáles son las preguntas importantes y regresar a ellas cada vez que sea necesario. Puede que tu opción de respuesta favorita siempre sea la misma, o que cambie en el tiempo, pero lo realmente clave es entender que una buena respuesta, aunque seductora, no es necesariamente la respuesta correcta, por lo que tener la apertura para cambiar, en esos casos, puede ser muy valioso.

Toda pregunta importante necesita una buena respuesta, no necesariamente la respuesta correcta, que tal vez no exista. Felizmente nos puede alcanzar con preguntas importantes y solo buenas respuestas.


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