El mundo actual exige resultados: más ventas, mejor rentabilidad, mayor satisfacción, más títulos, mejores notas, más dinero, más “likes”.

La lógica es que al parecer, los resultados, como se pueden medir, son los que nos dicen qué tan bien vamos, al menos comparativamente. Y por eso dicen que solo se puede mejorar lo que se mide.

El problema es que los resultados dependen de muchos factores, varios de ellos fuera de nuestro control (¿a qué negocio no le fue mal al inicio de la pandemia actual?) . O que los resultados, por estar basados en la comparación, pueden ser buenos o malos dependiendo del contexto (15s en 100m planos sería espectacular para cualquiera, pero no es el récord mundial).

De todos los elementos de los cuales puede depender un resultado, el único sobre el que podemos tener control es el sistema: el conjunto de pasos que sabemos se tienen que dar para que, ceteris paribus, se produzca el resultado deseado; o la combinación procesos, personas y herramientas que inteactúan en busca de una meta común.

Entonces, lo lógico sería concentrarse en el sistema: diseñarlo, ejecutarlo, controlarlo, revisarlo, modificarlo. Hecho así, en condiciones estables, un buen sistema producirá los resultados esperados la mayor parte del tiempo, y si las condiciones cambian, se adaptará para continuar produciendo resultados.

Nadie sabe exactamente qué resultados producirá hacer ejercicio seis días a la semana, evitar la comida chatarra, dormir ocho horas diarias y reducir el consumo de alcohol, pero todos sabemos que este sistema mejorará nuestra salud y por lo tanto calidad de vida en el largo plazo.

Que enfocarse en el sistema es más potente que los resultados lo he escuchado varias veces ya, y cada vez me hace más sentido.

Sin embargo, en todo este dilema, creo que hay otro elemento más que podemos controlar y por lo tanto hacerlo nuestro: la contribución.

Cuando te involucres en algo, dado que ya sabes que el resultado es incierto, lo que sí puedes hacer es contribuir: aporta algo que haga que las cosas funcionen mejor, o al menos tenga sentido esperar que así sea.

Lo más interesante de la contribución es que no se refiere a la dimensión de resultados, sino justamente al sistema:

• Si te pasan la pelota,  no simplemente la devuelvas: pon el pase para el gol o para acercarse al área rival.

• Si te encargan una tarea, no la hagas tal cual te la pidieron: ve la mejor forma de hacerla más rápido, ejecuta la siguiente tarea obvia que olvidaron pedirte o resuelve para siempre el problema para que no vuelvan más tareas iguales.

• Si te encargan un proyecto ya concebido, no ejecutes las tareas: cuestiónalas, prioriza, elimina, reorganiza, para que sea un mejor proyecto, y solo recién ejecuta.

• Estando en cualquier sistema: identifica las oportunidades de mejora, rediséñalo, ejecuta tu parte, controla si te corresponde y queda atento a los cambios necesarios.

No necesitamos producir resultados, sino contribuir a mejorar los sistemas existentes, o crearlos desde cero y por supuesto, seguirlos.