En algún lugar leía hace poco que descartar alguna enseñanza por venir de alguna persona con la que no simpaticemos no tenía mucho sentido (los “malos”). Era como un “aprovecha lo que puedas, no importa de quién venga”. Tiene sentido, pero no estaba completamente convencido.

Sin duda es mucho más fácil aprender de personas a las que admiramos por lo que saben o hacen (los “buenos”), tanto que podemos caer en el error de asumir que todo lo que piensen sea correcto.

Una forma de resolver esto es intentar usar exclusivamente la razón para evaluar la calidad de cada idea, pero esto no siempre es posible porque las pasiones nos ganan o porque sencillamente la idea es muy compleja [1]Descartes se horrorizaría si dejáramos que algo así entre a nuestro cerebro.

Otro camino, es usar la razón también, pero una sola vez: ¿qué es más probable: que una mala persona tenga buenas ideas o que una buena persona tenga malas ideas? Yo me atrevería a decir que es más probable lo segundo, pero aún estando equivocado, prefiero tomar este último riesgo que el primero:

  • Una buena persona, incluso cuando se equivoca, tiene las mejores intenciones.
  • Una mala persona, por más que tenga buena ideas, es justamente mala porque no sabe aplicar las buenas ideas.

Luego, la secuencia es clara: quién luego qué.


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Notas

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1 Descartes se horrorizaría si dejáramos que algo así entre a nuestro cerebro