Decimos que uno tiene varias versiones de sí mismo, pero creo que en realidad nos referimos a las dimensiones en las que nos desenvolvemos. Uno es hijo, hermano, esposo o pareja, padre, pero también es jefe, vendedor, servidor o tal vez deportista, coleccionista, músico y demás. Difícilmente tenemos presencia activa en todas las dimensiones posibles, pero lo cierto es que siempre nos desenvolvemos en varias, independientemente de qué tan bien lo hagamos.

Lo cierto es que al final nuestra identidad es una versión que resulta de la combinación de nuestro desenvolvimiento en todas las dimensiones, algo como:

I = C1xD1 + C2xD2 + C3xD3 + … + CiDi

siendo las Ci la energía que desplegamos y el valor cada Di una medida de qué tan bien lo hacemos. 

Si pongo más energía en una de las dimensiones (mi Ci es mayor), es esa la dimensión que tiene mayor importancia en definir mi identidad, y por ello una versión actual de mí estará básicamente caracterizada por esto.

Por otro lado, si habiendo dedicado energía a alguna dimensión, las cosas no resultaran muy bien en ella (el Di es bajo), esta dimensión no pesará mucho en mi identidad, con lo que no será importante para mi versión actual, salvo que mi desempeño haya sido terrible (Di negativo), en cuyo caso no solo puedo contrarrestar todo lo bueno de otras dimensiones sino que probablemente mi identidad sea asociada a lo malo de esa única dimensión.

Es así que podemos tener una persona tremendamente dedicada a su trabajo, no tan buena con su familia, pero reconocida profesionalmente, o peor aún, un tan mal padre/hijo/hermano que no importa lo buen profesional que sea, será básicamente un mal familiar.

Lo curioso es que el desempeño en cada dimensión suele ser directamente proporcional a la dedicación (Ci influye en Di). Visto así, lo que tiene más sentido es repartir energía en todas las dimensiones que consideras que importan en tu vida, pues los resultados serán generalmente buenos. En este caso, la versión de ti dependerá básicamente de las dimensiones a las que elijas dedicar tu energía.

Poner casi toda tu energía en una sola dimensión, puede generar resultados espectaculares, pero si por alguna razón las cosas no funcionaran bien, creo que el resultado está claro.

Tú puedes decidir qué versión de persona quieres ser hoy. Solamente necesitas administrar tu energía y elegir las dimensiones en las cuales la emplearás. Y mejor aún, si no te gusta quién eres hoy, recuerda que es solo una versión de ti, fácilmente mejorable.


Sucríbete y recibe más contenido como este: