De todos los materiales con los que los humanos contaminan la naturaleza, el plástico es uno de los más tóxicos. Acaba con la vida de miles de animales, reduce la salud de muchos otros, incluidos nosotros mismos, y daña los ecosistemas. Su acumulación en forma de desechos es especialmente preocupante en los mares.

Sin embargo, hace cinco años, los científicos japoneses hicieron un descubrimiento prometedor: una enzima que puede devorar este compuesto.

Desde entonces, varios estudios han descubierto enzimas que comen plástico y han surgido aún más proyectos para aumentar su eficacia

Científicos de la Universidad Tecnológica de Chalmers (Suecia) han demostrado que los microorganismos marinos y terrestres han evolucionado y pueden descomponer el plástico.

“La biodegradación es una ruta plausible hacia la gestión sostenible de los millones de toneladas de desechos plásticos que se han acumulado en los ambientes terrestres y marinos. Sin embargo, la diversidad global de enzimas que degradan plásticos sigue siendo poco conocida”, inicia el documento científico.

Como parte del estudio, analizaron muestras de ADN ambiental de todo el mundo y encontraron más de 30 000 ‘homólogos’ de la enzima capaz de descomponer 10 plásticos diferentes de uso común.

“Casi el 60% de las enzimas identificadas como capaces de degradar el plástico no pudieron ser asignadas a ninguna clase conocida, lo que sugiere que los investigadores descubrieron un contenido funcional novedoso que cumple ese papel”, explican en un comunicado.

Asimismo, los científicos han declarado que estas partículas están cada vez más dispersas por todo el mundo y se concentran en zonas especialmente contaminadas por residuos plásticos, como el Pacífico Sur y el Mar Mediterráneo. “Actualmente se sabe muy poco sobre estas enzimas que degradan el plástico. No esperábamos encontrar una cantidad tan grande de ellas en tantos microbios y hábitats ambientales diferentes. Este es un descubrimiento sorprendente, que realmente ilustra la magnitud del problema”, indica Jan Zrimec, el primer autor del estudio e investigador en el Instituto Nacional de Biología de Eslovenia.

“Nuestro estudio descubre el potencial del microbioma terrestre para degradar los plásticos, proporcionando evidencia de un efecto medible de la contaminación plástica en la ecología microbiana global, así como un recurso útil para futuras investigaciones aplicadas”, explica el documento.

Sin embargo, los científicos advierten que el uso de métodos biológicos sintéticos para mejorar la degradación del plástico es primordial porque la descomposición natural del plástico es muy lenta.

Además, los expertos señalan que con la contaminación plástica rápida y generalizada en diferentes lugares, la cantidad y diversidad de microorganismos está aumentando. Como resultado, advierten que la producción anual de plástico ha aumentado de 2 millones de toneladas a unos 380 millones de toneladas en los últimos 70 años.

“Las muestras oceánicas también revelaron cómo la cantidad de enzimas con capacidad degradante aumentaba con la profundidad. El conjunto de datos involucró 67 ubicaciones de 8 océanos, a 3 profundidades diferentes, y mostró niveles más altos consistentes de enzimas degradantes en niveles más profundos, lo que nuevamente indica una conexión con el mayor nivel de microplásticos que se han observado repetidamente en niveles más profundos en el océano”, informa la Universidad Tecnológica de Chalmers.

“Al utilizar nuestros modelos, encontramos líneas de evidencia que respaldan el hecho de que el potencial de degradación del plástico del microbioma global se correlaciona fuertemente con las mediciones de la contaminación plástica ambiental, una demostración significativa de cómo el medio ambiente está respondiendo a las presiones que le estamos ejerciendo”, finaliza Aleksej Zelezniak, profesor asociado de biología de sistemas en la Universidad Tecnológica de Chalmers.