Quieres contratar a una persona para cubrir una posición. Por default piensas que debes tener tres opciones, o lo más probable es que quien te esté ayudando con el proceso piense eso.

Aún cuando me gusta la simplicidad del número 3, creo que esto de tres candidatos no tiene mucho sentido, no tanto por la cantidad (aunque por qué no 4, 2 ó 5), sino el hecho de que debamos tener opciones.

El problema de las opciones es que implican elegir, cuando lo que necesitamos es decidir. Cuando uno elige tiende a optar por la opción que cree es la mejor. Cuando uno decide, al menos en este caso, debe decidir si la persona a la que está evaluando parece calzar (o no) con el perfil.

Si en vez de entrevistar a tres candidatos, sólo tuvieras que entrevistar a aquel que en las evaluaciones previas parece cumplir con lo requerido, hay una decente probabilidad de que este sea el indicado, con lo cual ya no hay que evaluar a más personas. Por otro lado, si este primer candidato no te parece la persona adecuada, evidentemente seguirás entrevistando a los que siguen (uno tras otro), y no deberías parar hasta que encuentres al adecuado. En cambio, si tienes tres opciones, es muy probable que asumas que debes elegir la mejor de las tres, siendo que el mejor de esa terna no necesariamente es el adecuado.

Nos pasa lo mismo en muchas dimensiones de la vida. Vamos a la tienda a ver qué zapatillas nos podemos comprar (ya no son tres opciones sino probablemente diez), en vez de definir qué tipo de zapatilla queremos y buscar exclusivamente eso. De forma similar, postulamos a los trabajos que publican convocatorias (no el que queremos), buscamos elegir un departamento de los que se anuncia (no el que realmente necesitamos) o estudiamos una de las tres carreras profesionales que más pagan (no la carrera “para mí”).

Sí, a veces hay que elegir, pero ya elegimos demasiado. La informática sabe que reducir los problemas a ceros y unos es el mejor camino.

Preferimos elegir que decidir, que puede ser lo más fácil (o eso sentimos), pero no lo más efectivo (ni eficiente).


Suscríbete y recibe más contenido como este: