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Por: Camila Rojas

Desde la antigüedad la representación de la mujer en la pintura se ha asociado a su papel en la sociedad. A lo largo de la historia, las mujeres han aparecido en cuadros enmarcados como: ángeles nido (buenas madres y buenas esposas), diosas de la muerte (mujeres atractivas y malas) , mujeres desempleadas (clase alta), etc.

Estas imágenes de mujeres todavía existen hasta el día de hoy sólo que ahora vemos estos arquetipos en comerciales, series, películas o videos. No lo sabemos, pero no inventamos nada nuevo: cargamos con el peso de mil años de historia literaria y visual.

La historia del arte estudia esta transferencia de imágenes mediante el “método simbólico”, desarrollado por numerosos expertos desde finales del siglo XIX.

Este método analiza las obras de arte a partir de los símbolos que aparecen en la obra, qué significan en cada momento y lugar, y cómo se desarrollan. La aplicación de este enfoque permite comprender cómo se forman los estereotipos de género. Un tema que se puede investigar son las imágenes asociadas con la sensualidad y el erotismo.

Es difícil saber desde qué momento el ser humano comenzó a representar la sensualidad en el arte. Lo cierto es que encontramos escenas de sexo explícito en todas las culturas desde la Antigüedad.

El Baño: Provocación o violación de la privacidad

Un caso interesante es el de una mujer que se está bañando y es violentada. Lo encontramos en la leyenda sobre monumentos como Artemisa (la diosa romana Diana) y Acteón, que han sido ampliamente representados en la época moderna por pintores como Tiziano, Clerc, Slot o Heinz, entre otros.

La leyenda contada por Ovidio dice que Artemisa, mientras se bañaba en el río, sorprendió al pescador Acteón mirándola. Como castigo, la diosa lo convirtió en un ciervo que atraparon sus perros. Sin embargo, el momento que eligieron los artistas no fue este momento, sino el momento en que los humanos notaron a la diosa. Esta escena se repite en la obra literaria de Los Siete Infantes de Lara, aunque casi no hay simulación.

Encontramos un episodio muy similar en la Biblia: Susanna y Los Sabios, una historia muy representada en la pintura. Susanna, una mujer casada, es observada por dos jueces ancianos mientras se baña. Al rechazar la propuesta de matrimonio, la acusan falsamente de adulterio. Con la intercesión de Dios, los ancianos finalmente fueron castigados. Una vez más, sin embargo, el momento que captura una pintura tradicional es más una observación que un castigo típico. La imagen de Susanna aparece más como un arquetipo del erotismo que como una encarnación de una violación.

'Susana y los viejos', de Tintoretto.

Solo en las obras de Artemisia Gentileschi, pintora barroca italiana, la situación parece más violenta que sensual. La artista estadounidense contemporánea, Kathleen Gilji, aprovechó esta idea de Gentileschi para realizar una de sus “lecturas alternativas”: una versión de sus dibujos, incluido el primero, que era una recuperación de rayos X, que mostraba a Susanna sosteniendo un cuchillo en defensa propia, con el rostro manchado de horror. A sugerencia suya, Gilje  simuló una versión original de Gentileschi que en realidad no existía. Además, en la radiografía, el personaje violado no es Susanna, sino la propia Gentileschi, que fue violada por Agostino Tassi en la vida real.

De la misma forma, diversas artistas encabezadas por Judy Chicago realizaron en 1972 la performance Ablutions, para reivindicar a todas esas mujeres representadas como sensuales cuando en verdad sufrían un acto violento.

La mujer, la manzana y el mal

Otros casos se encuentran a través de la narración tradicional. Por ejemplo, el mito de Eros y la psique contada por Apuleyo, que se inspiró en la famosa historia de La Bella y la Bestia, influyó en Pedro Almodóvar, quien vinculó a Átame con la versión de Disney de la historia.

Las manzanas también han estado presentes a lo largo de la historia como símbolo del mal asociado a la mujer. La manzana fue la fuente de la Guerra de Troya, debido a una disputa entre Afrodita, Atenea y Hera. Paris eligió a Afrodita como la más bella y la diosa le devolvió el amor a Helena, y comenzó la batalla. La manzana se encuentra en la Biblia. Satanás obligó a Eva y Adán a comer la fruta prohibida, la manzana. También apareció en la historia Blancanieves. Otra discusión entre dos mujeres por ser la más guapa.

Artistas que han sido ignoradas por su género 

Durante años, muchas artistas femeninas se han destacado en su trabajo como cualquier otro artista y a su vez, se han enfrentado a la discriminación de género en el sistema artístico. Hoy en día, el poder está en manos de los hombres y, en términos de igualdad de reconocimiento y oportunidades para las artistas femeninas, se ha avanzado poco. 

A mediados del siglo XIX, en una sociedad dominada por una burguesía moral que hacía que las mujeres sean relacionadas únicamente con la familia y nada más, Laura Herford decidió acortar su nombre y registrarse como hombre para ingresar en la Royal Academy de Londres. Dado esto, firmó su solicitud con el nombre de L. Herford y adjuntó sus propios dibujos. Su solicitud de ingreso fue aceptada por la calidad de los gráficos que lo acompañaban, y cuando se enteraron de que su autor era mujer, ya no pudieron revisar su decisión. 

Así fue como Laura Herford allanó el camino para que otras mujeres recibieran formación académica. Esta decisión se tomó en su momento y parece una simple anécdota que resalta la discriminación que experimentaron, ya que fueron juzgadas simplemente como mujeres. Pese a que pudieron ingresar a la academia, jamás lograron igualdad con los hombres, Asimismo, como artistas, su trabajo no ha sido reconocido y en muchos casos su trabajo ha sido dedicado o atribuido a un artista masculino.

Discriminación a las mujeres en museos e instituciones publicas 

Según la encuesta que realizó el grupo de acción feminista Guerrilla Girls, solicitando la colaboración de museos, fundaciones, galerías y otras instituciones europeas, la media de arte femenino que figura en sus colecciones o se exhibe al público está solo alrededor del 20%.

En los museos españoles más importantes, solo el 13% de sus fondos lo integran obras de mujeres artistas. En el Museo del Prado sólo hay obra de poco más de medio centenar de mujeres frente a la de 5000 hombres, pero en exhibición sólo está la de cuatro artistas femeninas.

Mientras que más de la mitad del personal que trabaja en instituciones museísticas son mujeres, en lo que se refiere a cargos directivos se invierte esta cifra y son ocupados por varones (62%).

Los grandes poderes artísticos están en manos de los hombres y hesto ha quedado marcado en una foto en que se ve a la junta directiva de la Real Academia de San Fernando (todos varones) junto a los reyes eméritos. De esta institución académica forman parte más de medio centenar de hombres y únicamente han conseguido el acceso cinco mujeres.

En la docencia sucede lo mismo: el 70% de los estudiantes de Bellas Artes son féminas, mientras que tan solo consigue el 2% llegar al cargo de rectora.

Según el colectivo Guerrilla Girls, en el MET (Metropolitan Museum of Art) de Nueva York, el 85% de los desnudos que hay en las salas de arte moderno representan figuras femeninas.

Las Guerrilla Girls 

Las Guerrilla Girls, son un colectivo feminista antiracista. Nació en Nueva York, y desde 1985 llegó para revolucionar el arte con sus formas de protesta.

Se cubren la cara con máscaras de gorila, debido a la similitud en la pronunciación en inglés de guerrilla y gorilla. Estos artistas permanecen en el anonimato con los nombres de mujeres tan brillantes como Frida Kahlo, Alma Thomas o Lee Krasner. Hacen esto con la intención de enfatizar el propósito de la comunidad, no su identidad.

Reconociendo todo este sexismo en el arte, Guerrilla Girls lanzó una campaña de carteles dirigida a museos, marchantes, curadores, críticos y a artistas masculinos que usualmente son los que opacan a las mujeres. 

El cartel contiene una replica de la “Gran Odalisca” de Ingres, una imagen catalogada conocida dentro de la tradición iconográfica del desnudo femenino y que coloca al cuerpo de la mujer como un objeto de deseo y no más.

Sexismo en el arte

Guerrilla Girls se ha encargado de hablar en contra del racismo, pero también de centrarse en temas como el aborto, la violación, la pobreza o la Guerra del Golfo. 

Para expandir su lucha, unieron fuerzas con organizaciones como Act Up. Además, han escrito dos libros, dictado conferencias en museos y escuelas de todo el mundo, han enviado miles de cartas de protesta y han creado premios ficticios que destacan la discriminación contra la mujer, el trato y la discriminación sexual en el mundo del arte 

Con todo este trabajo, “Guerrilla Girls” encuentran la manera de que los museos y galerías comiencen a mostrar una imagen realista de la historia del arte y el panorama actual de la industria, así como transformar las galerías de ser un arsenal de artistas masculinos.

#Girlsinmuseums 

El mundo del arte no escapa a la brecha de género. Sólo el 14% de las obras de la colección de la Tate Modern están hechas por mujeres y en la galería Saatchi la representación de artistas femeninas es del 30%. Por otra parte, sólo uno de cada cuatro grandes museos ha estado dirigido por una mujer y las que llegan a puestos directivos de pequeños o medianos museos ganan un 78% menos que los hombres que ejercen las mismas funciones. 

Los datos proporcionados por la curadora de arte independiente Camilla Crescini, creadora -junto conFrancesca Malagoli- de @Girlsinmuseums, cuenta de Instagram donde en poco más de un año se han compartido casi 12.000 fotos (con el hashtag #girlsinmuseums) muestran la participación de las mujeres en las que buscan demostrar que existe una necesidad no reconocida en el mundo del arte al involucrar al público cultural en el debate sobre la brecha de género.

“Girlsinmuseums es sobre todo un portal para recoger las experiencias de las personas en los museos y su primer objetivo se ha cumplido: interceptar una demanda desatendida, que son las mujeres, niñas, estudiantes, madres, trabajadoras, críticas, conservadoras, comisarias, hombres y niños, que son apasionados de las artes en primer lugar y que sólo después se definen por su género”, explica Crescini.

Admite que la idea de #girlsinmuseums surgió de su experiencia personal, pero fue casi accidental cuando en febrero de 2015, mientras visitaba una retrospectiva sobre Giuseppe Maraniello y trataba de fotografiar una obra que le había impresionado, se coló en su foto Francesca. “En mi foto aparecía retratada Francesca fotografiando el trabajo que yo quería inmortalizar, una especie de creación fotográfica, y entonces se encendió la bombilla en mi cabeza y vi que ‘las chicas en los museos’, además de ser una frase que resume mi vida –todos los días iba a un museo o galería–, sonaba también como un lema porque, aunque las mujeres han hecho grandes avances hacia la igualdad, es inevitable admitir que todavía existe una brecha de género”, relata.

Entonces decidieron crear cuentas y marcas en Instagram para involucrar a otros amantes del arte en la creación de contenido que les permitiera enfocarse en el tema y sugerir acciones hacia la igualdad. Y después de un año, se posicionaron en el lugar que querían, el de los amantes del arte, y así pudieron ayudara alimentar el debate sobre “lo que significa ser mujer hoy”, logrando que a diario se compartan apróximadamente 22 fotos con la etiqueta #girlsinmuseums. A su favor ha jugado que más del 55% del público de los museos de arte contemporáneo son féminas, y que ellas son mucho más proclives que los hombres a compartir sus experiencias artísticas. Según datos facilitados por Crescini, que también es consultora de redes sociales, el 87% del contenido que se difunde en redes sociales durante las visitas a los museos lo publican mujeres, frente al 13% de los hombres.

Conclusión 

Desde la antigüedad, las mujeres han sido representadas en las pinturas ya sea como íconos eróticos, relacionadas a la familia, a la maldad o a la ociocidad. Dado esto, diversas artistas femeninas han tratado de reivindicar esa situación, creando un dibujo alterno que reemplaza las pinturas en donde la mujer se encuentra vulnerada. 

Por otro lado, pese a que existen diversas artistas con mucho talento, aún el mundo del arte está manejado por los hombres y esto surge desde siglos anteriores, ya que según cifras, en los museos de arte o instituciones públicas artísticas de Europa existe una gran desigualdad entre hombres y mujeres con respecto a la exhibición de colecciones y cargos directivos . 

Dicho esto, el colectivo feminista Guerrilla Girls, intenta concientizar a las personas sobre el casi nulo ingreso de las mujeres en el arte mediante marchas callejeras, carteles que son colocados en diversos lugares, libros y charlas. 

Pese a que ha habido un mayor reconocimiento a las mujeres artistas, aún el proceso es lento, debido a que por años este ámbito ha sido liderado por los hombres y es un poco difícil poder cambiar ese pensamiento. Pero nosotros podemos contribuir a que eso pueda ir cambiando poco a poco, ya sea compartiendo obras de artistas femeninas con amigos o a través de redes sociales, apoyando su arte y sobre todo asistiendo a los museos, mientras más presencia femenina exista en estos lugares, quedará más demostrado que las mujeres tenemos un lugar importante en el mundo artístico. 

BIBLIOGRAFÍA

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