El otro día salí a correr y al finalizar el ejercicio el smartwatch me hace la pregunta “How was it?“, dándome la opción de marcar cinco opciones, de la mejor a la no tanto, usando los respectivos emoticones asociados. Como me sentía bien marqué el equivalente a “excelente”, pero en realidad el razonamiento detrás era un poquito más complejo: no solo me sentía bien físicamente, sino que me sentía bien con los resultados, dadas las circunstancias.

Me explico: hace algunas semanas, cuando regresaba de una lesión, el tiempo que me tomaba hacer determinada distancia no era el mismo que ahora. No solo no me sentía tan bien al correr, sino que los resultados no eran tan buenos. Sin embargo, dado que era consciente de mi situación, aún cuando no estaba en plenitud física, obtener resultados aceptables me hacía sentir bien mentalmente. Desde entonces, decidí que cada vez que el reloj me preguntara cómo estuvo el ejercicio, iba a responder con mi sentir mental, no físico, siendo que el físico es solo una parte que puede influir en la sensación mental.

En relación con esto, esta semana estuve en una clase de filosofía para la vida, en la que se hablaba justo del concepto de felicidad. El profesor pidió que lancemos definiciones cortas sobre la felicidad y salieron algunas simples pero válidas como “aquello que genera bienestar”. A mí se me ocurrió poner “alineamiento entre expectativas y realidad” y creo que estuve cerca del punto de partida sobre el que el profesor quería desarrollar el tema. Claro que no me inventé nada, sino que solo era una forma de expresar el clásico concepto de realidad-expectativas, que me parece el mejor hasta ahora, aunque puede que todavía le falte algo.

En fin, el hecho es que me di cuenta que como tengo ese modelo mental ya instalado en mi CPU, me era natural pensar en cómo me siento mentalmente cuando había que registrar mi perspectiva del ejercicio en el reloj, en lugar de mi sensación física, y creo que esta forma de ver las cosas puede tener mucha utilidad.

Entonces, cada vez que tenga alguna sensación que necesite manifestarse, creo que la mejor fórmula será verla en perspectiva con el contexto. Lo que importa es cómo me siento con ello dadas las circunstancias. Es decir, los mejores sentimientos (o al menos los más sensatos), son relativos, jamás absolutos.

“¿Cómo estuvo?” es algo que depende completamente de ti.


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