El esfuerzo produce CERO (0) resultados. Esforzándote todo lo que puedas no vas a conseguir nada, salvo agotarte.

Es seductor porque es demasiado simple: solo me esfuerzo muchísimo y en algún momento conseguiré resultados.

Lamentablemente, parece que no funciona así.

Es como correr todo el tiempo a máxima velocidad para llegar a un destino, sin haber buscado primero la ruta más corta o sin haber pensado que podías ir en taxi. Peor aún, sin saber si querías ir.

El problema es que la ecuación no está completa. Esta parece que sí:

Resultados = f (Enfoque, Método, Esfuerzo)

Enfoque: No puedes dar todo lo que tienes a cada situación que se te presenta. Primero hay que elegir qué tener al frente y entonces puede tener sentido el esfuerzo. Enfocarse es saber qué ruta tomar, definido el destino.

Método: Existen muchas formas de hacer las cosas. Tú primer trabajo es descubrir la más efectiva. Tu segundo trabajo es llevarla a cabo. Un buen método te hace llegar más rápido al destino, sin tener que asumir mucho más riesgos.

El detalle es que enfoque y método requieren pensar mucho, más de lo que estamos acostumbrados.

Los resultados no son proporcionales al esfuerzo, sino al esfuerzo elevado al pensamiento:

Resultados = (Esfuerzo) ^ Pensamiento

En la era del conocimiento la fuerza bruta ya no funciona.

(What if) “Despite all my rage I’m still just a rat in a cage”.