Mucho más fácil es evitar, sin duda. De hecho, es necesario hacerlo una buena parte del tiempo, pues enfrentar consume bastante tiempo y energía.

El problema es que evitar no resuelve problemas. En el mejor caso los posterga, aunque es cierto que algunos se pueden resolver solos, al menos sin tu intervención.

Para los aspectos que importan, enfrentar es el camino. Es la única manera de cambiar una situación, y si no lo lograras, es al menos la única forma de darte cuenta de que te falta capacidad o de que debes intentar otra fórmula.

Un deportista profesional se enfrenta constantemente a las competencias para mejorar su desempeño, pues es justo ella la que lo puede llevar a otro nivel. Por supuesto que no todo el tiempo puede estar compitiendo, sino que necesita espacios para entrenarse y descansar, lo cual implica evitar también varias competencias.

Un artista profesional se enfrenta con frecuencia a los eventos de presentación o lanzamientos para pulir sus capacidades, pues es solo en esos momentos en los que se puede dar cuenta que está a la altura de lo que demanda su público. Tampoco puede estar de gira o lanzar nuevas producciones todo el tiempo, pues necesita también estar ensayando o creando nuevo material.

Una persona común y corriente, como tú o como yo, tiene entonces que enfrentarse a sus problemas, sea que los busquemos o nos encuentren, para resolverlos o al menos conocerlos y luego regresar mejor preparados. Al igual que el deportista o el artista, no puedes vivir en enfrentamientos, pero tampoco puedes evitarlos.

Si es importante y crees estar listo: enfrenta.

Si es importante y no sabes si estás listo: enfrenta, aprende y regresa.

Si es importante y sabes que no estás listo: prepárate, enfrenta, aprende y regresa.

Si no es importante: simplemente, evita.


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