Cuando Renata Flores tenía 13 años, se animó por crear la versión de The House of the Rising Sun de The Animals en la lengua quechua, pero nunca se imaginó la carga política de su decisión. Ella solo quería poder disfrutar los ritmos andinos en sus canciones favoritas: “Nunca imaginé la responsabilidad que iba a tener por cantar en quechua. No pensé que podría llegar a transmitir a mucha gente los problemas que tenemos”. A medida que las visualizaciones de sus covers se disparaban, empezó a detectar ese “poder” escondido hasta entonces.

“Fue un proceso. Poco a poco me fui dando cuenta de que, a través de la música, podría ayudar a muchas personas. Descubrí que sí había un fondo político, que mi voz podía luchar contra los estereotipos que pesan sobre este idioma y contra otras situaciones injustas”, dice en una entrevista con elDiario.es.

Renata Flores se ha convertido en la reina del rap en quechua, así fue descrita por el The New York Times. Cantar sus canciones preferidas en el idioma de su madre y abuela la ha convertido en un símbolo de las mujeres andinas y busca renovar las bases de la canción mientras realiza una fuerte crítica social de enfoque feminista y antirracista.

A su música, decidió agregarle un valor extra, el cual es empoderar a quienes sufren discriminación.  

Su disco Isqun lo demuestra. El álbum desarrolla un relato de aquellas historias de “mujeres valientes” que, dice, no suelen contar a las niñas y niños en las escuelas peruanas. Como la de Rita Puma, líder aimara ahorcada en 1930 por su lucha por la educación de la infancia indígena. La de Chañan Cori Coca, legendaria guerrera inca. La de Francisca Pizarro, una de las mujeres mestizas “más célebres de la historia del Perú”.

Todas sus canciones tienen nombres de las mujeres andinas más importantes de la historia del Perú. Renata indica que a veces nos olvidamos de lo malo que ha sucedido en el pasado por ello seguimos manteniendo algunas actitudes. Por eso, para ella es importante poder conocer la historia para tener una identidad, para mantener la fuerza que tuvieron los antepasados con sus luchas y continuar sus batallas.

Hizo hincapié en que algunas de las experiencias de sus antepasados ​​siguen siendo válidas hoy. Estaba particularmente enojada con las barreras a la educación de los niños aborígenes. “Hace cuánto que Rita Puma, por razones obvias, se rebeló contra los terratenientes que no querían que los niños aborígenes fueran educados. Ahora pasa lo mismo: la educación sigue siendo mortal, sobre todo para los niños indígenas de las zonas rurales”, enfatiza la rapera, que alentó a su generación a “no dejarse atrapar por las reglas”. “Si no estamos bien educados, seremos ciegos.” Decidió dejar plasmado este enojo a través de la música y así lograr que los jóvenes se interesen por las tradiciones andinas. 

Flores critica que el quechua aún es marginado y discriminado en el Perú, ya que es ligado a la pobreza y el analfabetismo. Además recuerda cuando su abuela, nativa quechua, la llevaba a cumpleaños cuando era pequeña y los padres de sus amigos la miraban mal.

“Incluso yo me sentía como con temor y miedo. ¿Por qué la miran así? ¿Qué está pasando?, me preguntaba”.

Nacida de padres músicos, Renata Flores comenzó a estudiar música y quechua a una edad temprana, pero actualmente está perfeccionando su idioma y aprendiendo la cultura andina en un instituto universitario dedicado, mientras continúa su formación en producción musical. Durante su confinamiento por el COVID-19, la artista también ha aprovechado sus recesos para enseñar quechua a sus seguidores a través de su canal de YouTube.

Además de centrarse en las mujeres andinas, su último disco busca reflexionar sobre los abusos a los derechos humanos cometidos durante el proceso colonial. Por un lado, celebra la “fusión” de culturas surgidas en la sociedad desde entonces -en su canción Francisca Pizarro hace un guiño a Rosalía (cantante española) para defenderla por las diversas criticas en donde la acusan de “apropiación cultural”-: “No vamos a decir que todo es color de rosas. Hay un lado oscuro de ese episodio histórico, el de la discriminación, que aún se mantiene; y las violaciones sufridas por las mujeres indígenas, que eran comercializadas”, enumera. “No nos han contado bien la historia. Y es importante conocerla para dejar de normalizarla y empezar nosotros ese cambio, sintiéndonos orgullosos de lo que tenemos, de lo que somos”.

Renata Flores reivindica su identidad indígena, desea promover los valores de las comunidades andinas, le canta a la libertad y a la autonomía femenina. 


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