Hay un abismo entre hacer algo por elección y hacer algo por obligación. El mismo espacio separa a “he decidido hacer esto” y “tengo que hacer esto”.

La frontera está marcada por la capacidad que casi todos tenemos de actuar libremente o que todos tenemos de pensar libremente.

Es cierto que muchas cosas que elijas hacer no serán necesariamente de tu agrado, pero las eliges porque sabes que es lo correcto o lo importante, y por ello seguramente las harás con el mayor empeño.

“Tengo que” es prácticamente lo mismo que “otro ha decidido por mi”, que estoy seguro a nadie le gustaría aceptar.

Por otro lado, “he decidido” o “voy a” implican haberse dado el tiempo para pensar y asumir la responsabilidad de tus actos, independientemente del resultado. Usar constantemente estas expresiones hablan del control que empiezas a tener sobre tu vida, en la medida que no harás nada que no hayas elegido.

“Voy a” ir a hacer las compras, en vez de “tengo que” ir a hacer las compras (porque mi esposa me ha pedido).

“Voy a” preparar esa propuesta, en vez de “tengo que” preparar esa propuesta (porque mi jefe está insistiendo).

“He decidido” cancelar esa deuda, en vez de “tengo que” pagarla (porque el banco no me deja de llamar).

“He decido” votar por tal opción asumiendo los riesgos, en vez de “tengo que” votar por tal opción porque no queda otra.

Yo elegí escribir esto en vez de hacer mil otras cosas. Asumo toda la responsabilidad por ello.