Estamos inundados de información (posts, artículos, videos, libros, etc.) que promete enseñarnos la fórmula secreta para ser mejor profesional, vivir más sano o incluso alcanzar la felicidad. Por supuesto que está muy bien intentar perseguir todos estos u otros objetivos personales, siendo el inicio de cada año, al parecer, el mejor momento para definirlos.

Efectivamente, existe material muy útil para orientarnos en ese camino que vamos a empezar rumbo a nuestras metas personales (el cómo). Claro, también existe mucha información inservible que nos hará perder tiempo o peor aún, nos desalentará en el intento de ser mejor profesional, vivir más sano o ser más felices. De aquí que pueda ser más importante pensar antes en quién es la fuente y en dónde encuentro información confiable.

Si quieres ser mejor profesional, simplemente porque la sociedad te lo repite constantemente, va a ser muy difícil que lo consigas. Y en todo caso, ¿qué significa realmente ser “mejor profesional”?

Si deseas llevar una vida más sana porque es lo que se ha puesto de moda, suerte con la onda de seguir la sabia opinión popular. Pero en realidad, ¿qué significa “vivir más sano”?

Si te has propuesto, ahora sí, conseguir tu felicidad – esto está más difícil- ¿acaso tienes idea de qué es lo que te haría realmente más feliz? 

Fuera de haber definido mal tus objetivos (“mejor negociador” en vez de “mejor profesional”, “reducir tu grasa corporal” en vez de “vivir más sano” o “conseguir un mejor de trabajo” en vez de “ser más feliz”) y de concentrarte en el objetivo en vez del sistema* (“estudiaré 2 horas semanales sobre negociación”, “me ejercitaré 5 veces a la semana”, “contactaré una nueva persona cada 15 días para ampliar mi red de contactos profesional”), estás cometiendo otro gran error: preocuparte por cómo completar la maratón cuando ni siquiera sabes si vale la pena participar en ella.

Antes que el cómo, es indispensable resolver el por qué.

Sin por qué no hay qué

Si no has analizado a profundidad los motivos por lo cuales vas a embarcarte en algo, corres gran riesgo de estar equivocado. La mayoría de decisiones en nuestra vida no requieren pensar mucho (“¿qué me pondré hoy?”) porque son fácilmente reversibles o porque el costo del error es despreciable. Pero con aquellas que sabemos pueden tener más impacto**, definitivamente vale la pena tomarlas luego de un buen análisis, cuyo centro siempre es el por qué.

Así por ejemplo, estudiar 2 horas semanales sobre negociación seguramente hará que desarrolles una habilidad que te servirá en el ámbito profesional y personal, permitiéndote conseguir mejores cosas para ti (con respeto hacia los demás) e incrementará tu empleabilidad. Si estas son suficientes razones para ti,  permanecerás muy seguro respecto a haber elegido este objetivo.

Resolver cuestionamientos

Siempre habrán detractores o simplemente personas curiosas por entender algunas de tus decisiones. Haber definido bien tus por qué te permitirá responder rápida y confiadamente ante esas preguntas inevitables, permitiendo que sigas avanzando a pesar de los obstáculos.

A veces estos cuestionamientos vendrán de ti mismo, pero un sólido por qué puede resolver todo rápidamente.

El minimalismo, por ejemplo, es un estilo de vida cada vez más frecuente que en esencia plantea que nos despojemos de cosas materiales innecesarias, siendo estos sus principales por qués:

• Las experiencias son más importantes que los objetos (¿prefieres una vida interesante o un clóset abundante?)

• El consumismo desmedido le da de comer al que no lo necesita (¿sabías que un par de zapatos pueden salvar una vida?***)

• El exceso de lo material se roba gran parte de nuestra atención, que es un recurso limitado (¿nunca has perdido demasiado tiempo buscando qué ropa ponerte?)

Con estos contundentes por qués, ser minimalista es relativamente fácil!

Dará sustento para encontrar el cómo

Ya sabes por qué necesitas estudiar negociación, pero te falta definir el cómo. No importa si es en alguna escuela de negocios, de manera virtual, con ayuda de un coach o simplemente leyendo libros, estar convencido de tu por qué te proveerá del combustible necesario para que esa llama no se apague, no importe qué camino quieras seguir.

Volverme vegano, dejar el café, priorizar mi sueño, leer mucho más y otros cambios que he hecho en mi vida -y seguiré haciendo-, no han sido tan difíciles porque les encontré rotundos por qué. Cuando tomé muchas de esas decisiones no tenía mucha idea del cómo, pero entendí que eso lo resolvería después. Y por supuesto que así fue.

Entonces, si el por qué le gana al cómo, ¿por qué esperas para encontrarlo?

* Una de las ideas fundamentales del libro Atomic Habits de James Clear es que el sistema es mucho más poderoso que el objetivo: The purpose of setting goals is to win the game. The purpose of building systems is to continue playing the game.

** En How The Mighty Fall de Jim Collins se describe un principio interesante llamado Water Line Principle: imagina que estás en un bote en medio del mar y que cada decisión errada que tomas genera un agujero en el casco del bote. Al tomar erradamente una decisión muy crítica, el agujero estará por debajo del nivel del agua, con lo cual tu bote se hundirá inevitablemente (decisión irreversible).

*** The Life You Can SavePeter Singer