(No lo escribí mal, y sí tiene que ver con capitalismo).

Casi todos asociamos el término “interés” con la cantidad de dinero adicional que debe generar un monto de capital. De hecho, según la RAE, la definición de interés es <<provecho, utilidad, ganancia / valor de algo / lucro producido por el capital>>.

De manera más precisa, podríamos hablar de la tasa de interés, que es el porcentaje del principal que cobra un prestamista (o inversionista) por el uso de su dinero durante un determinado plazo. De modo más general, podemos decir que todo inversionista siempre espera que su capital genere un retorno en un determinado plazo de tiempo.

Pongo énfasis en los tres términos anteriores porque son con los que podremos construir la ampliación del concepto de inversión o mejor aún, de capital.

Retorno Económico

Al interés que nos referimos inicialmente le podemos llamar retorno económico. Uno espera que el dinero genere más dinero transcurrido determinado tiempo, siempre y cuando se destine a algo que produzca resultados positivos o retornos.

Cuando se trata de un activo distinto al dinero que genera dinero en el tiempo (p.e.: un auto con el que se presta servicios de taxi), al retorno le llamamos “utilidad” en vez de “interés”, pero finalmente es retorno.

Aquí cabe referencia al término capitalismo, que usualmente se entiende como <<un sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción y su operación para generar ganancias>> (Wikipedia), o como <<sistema económico y social basado en la propiedad privada de los medios de producción y en el capital como generador de riqueza>> (Larousse, 2016, p. 199). En ninguna se habla de bienes ni dinero.

Retorno Social

Una primera variante al concepto convencional de retorno económico es lo que llamaremos retorno social.

Si caminando por la calle nos encontramos con una persona que nos pide algo para comer y le entregamos una moneda, estamos entregando dinero a cambio de un beneficio (aliviar el hambre de la persona), siendo que para nosotros este beneficio vale más que el dinero (si no, difícilmente lo haríamos).

Cuando el retorno a una inversión monetaria no es más dinero sino generar más bienestar en la sociedad, este retorno es justamente el retorno social del que hablamos y la inversión es una del tipo social.

En la actualidad varias de las iniciativas de inversión social pueden llegar a valorizar económicamente su impacto. Por ejemplo, según GiveWell prevenir una infección de VIH cuesta entre US$200 y US$ 700 a partir de la promoción de uso y distribución de condones que hace Population Services International (Singer, 2009, p. 87).

Sin embargo, hay muchas otras iniciativas en las que es complicado hacer una estimación económica del retorno, lo que no quita que igual se justifiquen, de la misma manera que se justificó darle esa moneda al hambriento.

Las típicas ONGs operan dentro de este marco: deben demostrar su impacto social con algunos indicadores de bienestar, pero cada vez es más común que les exijan cuantificar el impacto económico, con la diferencia que no se esperan tasas de retorno económico muy altas.

De hecho, existe un enfoque doblemente ganador para la inversión social [1]También existe el concepto de Inversión Socialmente Responsable o SRI por sus siglas en inglés, pero que es muy distinto: invertir dinero en proyectos o empresas que tengan impacto positivo en la … Continue reading, que es aquella que genera doble impacto de última línea: impacto en el bienestar social (retorno social) más fondos adicionales (retorno económico) para seguir trabajando en generar más impacto social. Este es el ámbito de los emprendimientos sociales.

Retorno Intelectual

Cuando le entregamos dinero a una institución educativa para que nos forme a nivel escolar, nos dicte un curso o nos permita llevar una carrera, estamos buscando generar un retorno intelectual: invertimos dinero para recibir a cambio formación, conocimiento o un título.

Este tipo de retorno también se puede llevar a una dimensión económica: terminar la secundaria, llevar un curso u obtener un título académico se espera que permitan conseguir un trabajo cuyos ingresos sean muchos mayores a lo invertido.

También ocurre aquí que en muchas ocasiones las personas invertimos en educación (aunque me gusta más “aprendizaje”) simplemente por el gusto o la curiosidad, que claramente vale más para nosotros que el dinero asociado.

Capital Intelectual

Felizmente, la única forma de generar retornos, ya sean económicos, sociales o intelectuales, no es solo tener dinero. Nuestras capacidades son el otro camino, siendo parte importante de ellas nuestras habilidades intelectuales o capital intelectual [2]De hecho existen varias formas de clasificar todos los tipos de capital, siendo esta una de las que considero más simple: financiero, humano y natural, pero nos concentramos solo en los dos sub … Continue reading.

Bajo este tipo de capital incluiremos las capacidades que tenemos para idear, ejecutar, controlar y en general lograr que se consigan resultados, lo cual por supuesto incluye nuestras relaciones sociales (llamadas a veces también “capital social”).

Un elemento clave para que este componente intelectual sea considerado capital es el riesgo [3]De hecho, el riesgo es elemento clave para que cualquier inversión sea capital, pero riesgo con sentido, en el que sea más probable que los beneficios superen lo aportado. Riesgo sin sentido es … Continue reading: nadie nos asegura que vaya a generar retornos en el tiempo.

Es así que un emprendedor usualmente debe invertir capital intelectual y capital económico para recibir, si su proyecto funciona, retornos financieros mucho mayores a lo invertido.

Por otro lado, un trabajador pone sus habilidades al servicio de su empresa por determinado tiempo, a cambio de lo cual recibe un sueldo en términos de dinero, pero el riesgo es casi inexistente porque recibirá su salario sin importar los resultados de la empresa.

En un ejemplo adicional, un voluntario de alguna asociación civil puede poner sus habilidades al servicio de la institución para generar bienestar, pero difícilmente asume algún riesgo respecto a los resultados, con lo cual no aporta capital intelectual, sino trabajo no remunerado.

Finalmente, uno puede dedicarse a desarrollar sus habilidades intelectuales a partir de justamente emplearlas durante un tiempo para incrementarlas (leer un libro provee conocimientos pero porque podemos leer, entender y aplicar), con lo que capital intelectual puede generar más capital intelectual, o retornos intelectuales. El mismo caso (o mejor) sería aquel en el que una persona emplea su intelecto para desarrollar el de otras personas, a cambio solamente de crear más capital intelectual.

Modelo Genérico de Retornos sobre Inversión

Todo lo anteriormente planteado se puede resumir en este cuadro:

K / RDineroBienestarIntelecto
Económico / IntelenctualRetorno EconómicoRetorno SocialRetorno Intelectual

Donde:

K: Tipo de Capital

R: Tipo de Retorno

El Ingrediente Secreto

Así como tener dinero (capital económico) no genera más dinero (retorno económico) solo porque transcurra más tiempo, ningún tipo de capital genera beneficios solo porque pase el tiempo. Es el uso adecuado del capital lo que realmente transforma.

Del mismo modo, mi capital intelectual no crecerá sino uso lo que ya poseo para generar nuevas ideas que se pongan en práctica (pensar y ejecutar) durante determinado tiempo.

Vistas así las cosas, el tiempo es solo un espacio en el que tienen que ocurrir eventos que permitan que el capital genere beneficios. Es la interacción adecuada de capital económico y capital intelectual la que puede generar beneficios. A veces se necesita más de uno que del otro, pero lo cierto es difícilmente uno es capital sin el otro [4]Por supuesto que existen excepciones en las que solo capital intelectual genera retornos, pero no es lo común..

Aún interactuando, capital económico más capital intelectual por sí solos, incluso juntos, no generan los retornos. Es la transformación de estos capitales en algo valioso lo que los genera:

  • Los clientes no pagan por el auto empleado para el servicio de taxi, sino que pagan por el servicio que se presta con ese auto, previo marketing, venta, ejecución, cobro y demás procesos necesarios para proveer el servicio. Aquí el capital intelectual (del taxista si es independiente o de la empresa si se trata de una cadena) es el que consigue la transformación en algo valioso.
  • Cuando nos especializamos en algún campo profesional es cierto que debemos partir de algún conocimiento previo (capital intelectual) pero es lo que hacemos con este conocimiento (ideas, propuestas) lo que realmente transforma.

Maximización de Rendimientos

La diversificación de portafolios es una estrategia comúnmente empleada en el ámbito financiero para maximizar rendimientos: al invertir una proporción del capital en distintos activos no correlacionados entre sí, se suelen neutralizar un poco los riesgos y mejorar el rendimiento (al menos algunas alternativas deben funcionar).

Sin embargo, existe otra estrategia muy interesante y al parecer más efectiva denominada Value Based Investing o Graham Value Investing, en honor a su creador, que de hecho es empleada por Charlie Munger. Esta estrategia exige invertir solo en activos que realmente entendamos (negocio conocido) y solo cuando hayamos identificado un descuento significativo en relación a su valor intrínseco (Griffin, 2015, p. 6).

En el ámbito social, hoy se habla mucho de altruismo efectivo, que parte de los mismos principios que la segunda estrategia financiera citada: concentrar todos los esfuerzos en aquella opción de inversión social que mayor impacto pueda generar, que usualmente no es la más cercana o la más conocida. Por ejemplo, no es igual de efectivo aportar a una entidad que adiestra perros guía para personas invidentes que aportar en una fundación que busca erradicar la malaria vía la producción y distribución de redes protectoras con insenticida [5]Cuesta US$ 45,000 entrenar a un perro para guía, mientras producir y distribuir una red protectora de malaria cuesta US$ 10, lo que quiere decir que US$ 500 en un caso ayudan muy poco a una persona, … Continue reading, del mismo modo que no es tan efectivo dar limosnas diariamente por un monto equivalente a US$ 100 mensuales que aportarlo a una fundación bien organizada que seguramente puede generar más bienestar por la misma cantidad de dinero.

Del mismo modo, nunca será igual emplear tu intelecto en cualquier tipo de actividad, no solo porque es posible que te sea más fácil hacer algunas cosas que otras, sino porque los retornos económicos, sociales o intelectuales, no son los mismos para toda actividad.

El caso del retorno intelectual generado por capital intelectual merece unas líneas más: hay temas en los que nos es más natural avanzar porque nuestro capital intelectual base está más desarrollado, de manera que invirtiendo muy poco, se puede conseguir mucho (p.e: enseñar lo que ya sabes). Pero existen otros aspectos, en los que a pesar de que los costos serán altos por no sernos muy familiares, los retornos pueden ser tan altos que seguramente valdrá la pena (p.e.: una nueva profesión).

Conclusión

Un inversionista efectivo no es solo el que tiene el capital económico, ni tampoco el que tiene capital intelectual, sino el que ha encontrado una poderosa interacción entre ambos tipos de capital para transformarlos en algo valioso, y que sabe que los retornos económicos, sociales o intelectuales harán que valga la pena asumir los riesgos, a tal punto que se hace responsable por los resultados.

Sea dinero o intelecto lo que puedas invertir, lo cierto es que tu capital, aunque limitado, tiene el potencial de generar riqueza, con lo cual es capitalísimo que lo pongas a trabajar para generar los retornos que valgan más para el sistema. No puedes seguir sentado sobre él.

Notas

Notas
1 También existe el concepto de Inversión Socialmente Responsable o SRI por sus siglas en inglés, pero que es muy distinto: invertir dinero en proyectos o empresas que tengan impacto positivo en la sociedad, o al menos no negativo. Importante detalle el segundo, pues de todas maneras buscan rentabilidad financiera.
2 De hecho existen varias formas de clasificar todos los tipos de capital, siendo esta una de las que considero más simple: financiero, humano y natural, pero nos concentramos solo en los dos sub tipos: económico e intelectual y esta una de las propuestas más innovadoras y completas
3 De hecho, el riesgo es elemento clave para que cualquier inversión sea capital, pero riesgo con sentido, en el que sea más probable que los beneficios superen lo aportado. Riesgo sin sentido es parámetro del mundo de las apuestas, aunque tal vez su sentido sea la diversión.
4 Por supuesto que existen excepciones en las que solo capital intelectual genera retornos, pero no es lo común.
5 Cuesta US$ 45,000 entrenar a un perro para guía, mientras producir y distribuir una red protectora de malaria cuesta US$ 10, lo que quiere decir que US$ 500 en un caso ayudan muy poco a una persona, mientras los mismos US$ 500 puede salvar la vida de 100 niños durante 3 años (Cotra, 2016).

Referencias

  • Singer, P. (2009). The life you can save: how to do your part to end world poverty. (1.a ed.). Nueva York, Estados Unidos: Editorial Random House.
  • Griffin, T. (2015). Charlie Munger: The Complete Investor. (1.a ed.). Nueva York, Estados Unidos: Editorial Columbia University Press.
  • Cotra, A. (14 de abril del 2017). Introduction to EA [Archivo de video]. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=48VAQtGmfWY
  • Larousse. (2016). El pequeño Larousse ilustrado. (23.a ed.). Ciudad de México, México: Ediciones Larousse.
  • Wikipedia. (04 de junio, 2021). Wikipedia [Página web] Recuperado de: https://www.thefreedictionary.com/order