La desigualdad debe ser el mayor de los problemas del mundo. Saber que tanta gente sufre por no poder cubrir sus necesidades básicas, cuando otra parte se puede dar el lujo de cubrir aspectos que no necesitan en sus vidas y que no hacerlo bastaría para aliviar el sufrimiento de los primeros, es paradójicamente muy triste. Más aún cuando nunca antes hemos tenido tantos recursos en el mundo como ahora.

If you don’t like the way the world is, you change it. You have an obligation to change it. You just do it one step at a time.

MARIAN WRIGHT EDELMAN


Por qué una gran parte de las personas no estamos dispuestas a compartir con los que no tienen, es una pregunta importante que nos tenemos que hacer para empezar. Puede ser ambición o comodidad, puede ser falta de información o entendimiento del sufrimiento, o simplemente puede ser que no sea tan fácil hacerlo por falta de medios para ello. Como sea, lo cierto es que los que hemos reparado en esto estamos en la obligación moral de hacer mucho (no algo) para cambiar la situación.


Yo no creo que sea indispensable que alguien tenga que haber vivido en lugares donde el sufrimiento sea cotidiano para poder entender que hay que trabajar en aliviarlo. No tengo duda que vivirlo en carne propia puede ser la forma más rápida y potente, pero no es la única. Escuchar las historias de personas que han pasado por circunstancias realmente terribles o de quienes no las han vivido pero las han visto, me parece que es suficiente para que cualquier persona entienda la gravedad del asunto, y este libro te ayudará mucho a visualizar todo esto. Estamos conectados con cada persona simplemente por ser todos humanos, y conectados también con toda la naturaleza al ser parte de ella, con lo que la indiferencia no es una opción.


En el catolicismo se habla de pecados de comisión y pecados de omisión. Independientemente de las creencias, me parece que todos entendemos que tan responsable es el que hace daño como el que no hace nada para evitarlo. La mayoría estamos en la segunda posición, pero eso no debería dejarnos inmóviles.


Ayudar a los demás es una (sino la mayor) de las fuentes de generación de bienestar que tenemos las personas a nuestra disposición. La satisfacción de haber ayudado a quien lo necesita es indescriptible, y le da el sentido profundo a nuestra existencia. Lo curioso es que no todos nos damos el gusto de hacer esto, y más bien gastamos nuestro tiempo, dinero y atención es una serie de objetos o situaciones que no generan bienestar verdadero, ni a nosotros, ni a otros.


Por supuesto que no todo es malo: sí existen personas e instituciones que han trabajado o lo hacen actualmente en intentar resolver estos problemas. Lamentablemente, no es suficiente. El primer problema es que son muy pocos para la cantidad de problemas a resolver. El segundo es que se necesita más que voluntad: se tienen que poder idear soluciones sostenibles.


Las organizaciones no gubernamentales de ayuda, con las mejores intenciones, carecen en su mayoría de este enfoque de iniciativa sostenible. Están acostumbrada a recibir donaciones de unos cuantos organismos y con ello iniciar proyectos que consumen ese proyecto. No necesariamente tienen el enfoque de emplear ese dinero para multiplicarlo, no teniendo que depender de grandes organismos y aumentando sus capacidades de generar ingresos. Tampoco suelen medir bien estos impactos.


El modelo adecuado para generar impacto social es el emprendimiento social, que buscar inversionistas (no donantes), interesados en que su dinero se transforme en “cambio”. Este tipo de iniciativas ve clientes a los cuales servir (a precios accesibles), no personas necesitas a las cuales donarle algo.


El momento adecuado para cambiar todo esto, es ahora.

We are made wise not by the recollection of our past, but by the responsibility for our future.

GEORGE BERNARD SHAW

There are only two mistakes one can make along the road to truth: not going all the way, and not starting.

BUDDHA

¿Qué aprendí de nuevo?

Que todo el sufrimiento que nos podemos imaginar, los que hemos tenido suerte en la vida, no es ni la punta del iceberg. Si solo con lo que podemos concebir ya deberíamos estar preocupados, ¿cómo no ponerse en acción en este momento?No hay que donar, sino invertir. Si no es algún recurso material, puede ser tu tiempo o tus conocimientos. Las personas no necesitan que les regalemos cosas, sino que creamos en ellos y los ayudemos a salir adelante.

¿Con qué no estoy de acuerdo?

Aunque se habla al menos una vez en el libro de algunas excepciones en las que no aplique el modelo de emprendimiento social, creo que hay países en donde estas son más frecuentes. Hay servicios básicos que difícilmente se pueden brindar vía una iniciativa privada que cobre por ellos. Lo ideal es que el Estado los cubra, pero la realidad es que en algunos países el Estado no llega e igual las personas necesitan tener eso cubierto sin costo (directo al menos), como vías de acceso o el agua.

¿Qué ha cambiado en mi luego de leerlo?

Ahora me es imposible comprender cómo la mayoría puede estar del otro lado, es decir, sin involucrarnos en estos problemas directamente, como yo lo estuve antes.Después de leer este libro, mi compromiso con el bienestar de la humanidad no solo se ha reafirmado sino alimentado, a tal punto que no creo que tenga sentido que estemos aquí sino es para estar todos bien, no solamente algunos.