El capitalismo, bien llevado, podría ser la solución también para los países en vías de desarrollo y los que salen del comunismo. El problema es que hasta ahora el capitalismo solo ha servido para generar riqueza en algunos países o en sectores elitistas de países pobres que viven “dentro de la campana”.

El capital, evidentemente base del capitalismo, no es el dinero, ni siquiera activos, sino un concepto abstracto creado en la mente de los seres humanos que al final es la capacidad de generar mayor valor a partir de algo. Y es la capacidad de crear capital a partir de lo existente lo que ha generado la enorme riqueza EEUU y Europa, habilidad que los demás países debemos aprender a desarrollar.

Los países pobres ya tendríamos los activos necesarios para la creación de capital. El problema es que nos falta un sistema de gestión de la propiedad que nos facilite el registro y uso de estas propiedades para producir capital, pues hoy alrededor del  85% de los lotes urbanos y el 45% de los lotes rurales está bajo una forma extralegal de tenencia, lo cual es más que el PBI de todos los países en vías de desarrollo y como 90 veces todo el valor de ayuda histórica que se ha enviado hacia el tercer mundo. Es decir, estamos sentados en la solución!

Una analogía interesante para entender el capital es que este resulta de descubrir y desencadenar la energía potencial de los millones de ladrillos que los pobres han empleado en sus construcciones. Capital no es solo el valor de la dimensión física de los activos, sino sobretodo la capacidad de los mismos para generar valor excedente. El dinero es solo una de las formas de viajar del capital. De hecho, la palabra “capital” viene de términos en latín que hacen referencia a “cabeza”, que es justo donde están las herramientas con las que lo creamos.

Lo curioso es que en Occidente la situación hace algunos años era similar a la de los países pobres y si bien ellos lograron resolver el problema de la tenencia extralegal de propiedad, puede que no sean muy conscientes de ello. Históricamente por ejemplo, EEUU vivió varios años durante los cuales tuvo que acomodar la ley para incorporar una gran cantidad de invasores de terrenos, pues entendió que más era lo que ganaba el Estado al recaudar impuestos y lograr que las tierras produjeran, que lo que perdía por ceder tierras. El principio más interesante para esto fue asumir que la ley está hecha para acomodarse a la vida y no viceversa, con lo cual entendieron que la ley no tenía sentido si una parte considerable de la población vivía fuera de ella.

Los sistemas formales de propiedad de Occidente producen seis efectos esenciales para que sus ciudadanos puedan generar capital:

  • Fijan el potencial económico de los activos
  • Integran la información dispersa en un solo sistema
  • Vuelven responsables a las personas
  • Vuelven fungibles a los activos
  • Crean una red de personas e instituciones identificables
  • Protegen las transacciones

Ya se ha intentado implementar cambios en las leyes de propiedad fuera de Occidente, casi siempre fallando por estos errores de concepto:

  • Todo que se refugia en el sector extralegal lo hace por no pagar impuestos
  • No hay tenencia legal de activos inmobiliarios por no haber sido adecuadamente mapeados o registrados
  • Basta con emitir leyes preceptivas
  • Los acuerdos sociales extralegales pueden ser ignorados
  • Es posible cambiar las ideas tradicionales sin liderazgo político

El reto no es solo jurídico, que implica descubrir la “ley del pueblo”, a partir de “escuchar ladrar a los perros”: ” El derecho no es simplemente un juego de palabras habladas, escritas o formalizadas que la gente acata de modo ciego. Más bien el derecho representa la formalización de reglas de conducta en las que coincide un alto porcentaje de personas, que reflejan propensiones conductuales y que ofrecen potenciales beneficios a quienes las siguen”.

El reto es fundamentalmente político: asumir la perspectiva de los pobres, cooptar a la élite (convenciéndolos incluso de que les conviene al crecer los mercados que hoy les generan riqueza) y hacer frente a las burocracias jurídicas y técnicas que hoy custodian la campana de vidrio.

Que los países pobres y sobretodo, que los sectores marginados dentro de los países pobres tengan la posibilidad de contar con tenencia legal de sus propiedades no solo reduciría la desigualdad en activos (tienen algo pero es como que no existiera), sino sobretodo podría reducir la desigualdad en ingresos, al darles la capacidad de poder invertir en generar más (negocios, educación, etc).

¿Qué aprendí de nuevo?

El capitalismo no es la doctrina diabólica responsable de la enorme desigualdad existente en el mundo. Lo diabólico ha sido el mal uso que le hemos dado, pues hasta ahora básicamente ha servido para hacer más ricos a los que más tienen, dejando muy atrás a los pobres. El detalle es que es justo el capitalismo la mejor solución disponible para resolver gran parte de nuestros problemas, siempre y cuando incluyamos a todos en un sistema que los haga disfrutar de sus beneficios.
El capital no son los activos que se poseen, incluyendo el dinero, sino la capacidad de estos para producir valor. Visto así, incluso los pobres cuentan con eso, siendo el problema que el sistema no les da la oportunidad de reconocer esta capacidad en sus activos.
La ley no está hecha para respetarse solamente, sino para cuestionarla y cambiarla en la medida que no sirva a la mayoría.

¿Con qué no estoy de acuerdo?

Hubiera dicho que existiendo una fórmula para resolver todos los problemas que atendería la capacidad para generar capital, por qué nadie lo habría hecho? Pero hoy sé que en el mundo existen también muchas soluciones a otros grandes problemas que hoy no funcionan por desconocimiento, porque no se quiere seguir la fórmula o por el status quo (natural o provocado). Luego, la solución planteada en el libro me parece más que lógica, así que solo me queda ayudar a aplicarla.

¿Qué ha cambiado en mi luego de leerlo?

Este es otro de los libros que me renuevan la esperanza de que sí existen verdaderas soluciones para los problemas de la humanidad y que por lo tanto hay menos que buscar, pero mucho por difundir y más todavía por aplicar.Hoy en día me estoy involucrando en una iniciativa social importante y al pensar en cómo potenciar la contribución del proyecto a la sociedad, la ecuación ahora incluye la generación de capital a partir de activos existentes.