La plataforma minorista de segunda mano llamada “Thredup” ha creado la Fast Fashion Confessional Hotline, en donde, Priah Ferguson, más conocida como Erika en la serie americana Stranger Things, te contestará y será tu sistema de apoyo. “Si estás al borde de un derroche, chica,  presiona 1 y te hablaré de que no le des a la moda rápida tu dinero duramente ganado”, dice al teléfono.

El objetivo de esto, es poder combatir la adicción de los jóvenes al fast fashion. Una encuesta de Thredup a casi 2.000 consumidores de la generación Z realizada en junio y julio encontró que, uno de cada tres, dijo que se sentía adicto a la moda rápida.

“Ese lenguaje es realmente convincente. Es como: “Quiero parar, pero siento que no puedo”, dice Erin Wallace, vicepresidenta de marketing integrado de Thredup.

Esta línea está hecha para los consumidores que desean información sobre este tema o los que están a punto de comprar una prenda barata del momento y quieren que se les hable de ella. 

En la llamada, Ferguson les da su opinión sobre porque el ahorro es una mejor opción que la ropa rápida tradicional; o la opción de escuchar su propia “mala historia de moda rápida”, porque todo el mundo tiene una, dice.

Al final de la llamada, las personas pueden confesar alguna historia en el buzón de voz. 

Pero no es la primera campaña de Thredup, ya que años anteriores ha adoptado posturas públicas sobre varios temas, desde los beneficios de las compras de segunda mano, que es el foco de su informe anual de reventa, hasta pedir a los clientes que boicoteen a Shein.

Aun así, la línea directa es una de las más atractivas, ya que destaca un gran paradoja de la moda: La generación Z apoya la sostenibilidad, pero siguen comprometidos con el fast fashion.

Cuando Thredup estaba haciendo la investigación para su informe de reventa el año pasado, surgieron algunos patrones que parecían explicar parte de la discrepancia, dice Wallace, y se plantó la semilla para la idea de la línea directa.

“Nos sorprendió el número de personas que dijeron que eran perfectamente conscientes de sus hábitos de consumo individuales y que tenían un impacto en el planeta, pero que lo estaban haciendo de todos modos. Por lo tanto, su comportamiento estaba en conflicto con sus valores”, indicó.

El objetivo de la línea directa, dijo Thredup, es aprovechar esos valores y ayudar a las personas a tomar las decisiones que quieren tomar. La encuesta Thredup encontró que más de la mitad de los estudiantes universitarios dicen que quieren deshacerse de la moda rápida o comprar menos a favor de compras más sostenibles y éticas.