En el edificio en el que vivo tenemos dos ascensores, cada uno con su propio botón de llamado. Las pantallas al costado de cada botón permiten ver en qué piso se encuentra un ascensor.

Existen tres maneras de usarlos:

  1. Llamar al ascensor más cercano al piso en el que uno se encuentra.
  2. Llamar a cualquiera de los dos ascensores.
  3. Llamar a ambos ascensores.

La primera opción, es la única lógica para mi: el ascensor llegará más rápido a recogerme (ahorro de tiempo para mi), se desplazará menos (ahorro de energía eléctrica y mantenimiento) y ambos ascensores podrían quedar en mejor posición para atender a otra persona (ahorro de tiempo para los demás). Esto es pensar en el sistema.

Las otras dos opciones son las que tomaría alguien que no piensa en el sistema sino en su propio beneficio. Gran error: si todos pensaran igual, el sistema de transporte entre pisos de mi edificio sería un caos, no generando beneficio alguno ni para el que pensaba solo en sí mismo.

Llamar por teléfono a una persona cuando puedo enviar un chat, interrumpir una reunión por algo sin mayor importancia, defender los intereses de mi área sin pensar en el impacto en la organización, criticar el trabajo de otra persona sin saber si todo está en sus manos , son algunos de los ejemplos que se me ocurren en el ámbito profesional de NO pensar en el sistema.

Bloquear una intersección vial por querer “ganar tiempo”, votar por cualquier opción electoral solo para darle la contra a “los de siempre”, no organizar tus desperdicios a pesar de tener tachos para reciclaje, dejar luces encendidas cuando sales de casa, hacer ruido en exceso en horarios inadecuados, son ejemplos de nuestra vida cotidiana de NO pensar en el sistema.

Esto es como elegir entre “Tú”, “Yo” y “Nosotros”. Siempre es más poderoso el “Nosotros”.

Sistemas Formales vs Informales

Aquí una definición interesante: Un sistema es un conjunto de cosas (personas, células, moléculas o lo que sea), interconectadas de tal manera que producen su propio patrón de comportamiento en el 8empo.
Un sistema no es solo una colección de cosas, sino un conjunto de elementos interconectados, organizados de tal manera que permiten conseguir algo
*.

El sistema de ascensores de mi edificio, es un sistema formal, en la medida que los elementos (rieles, cabinas, botones) han sido elegidos y organizados de tal manera que permita llevar a cabo una función clave: transportar personas de un piso a otro, de manera segura y en el menor tiempo posible. También son sistemas formales nuestro sistema respiratorio, nuestro sistema de tránsito y nuestro sistema de educación.

El sistema de llamado, aquel que describo al inicio del artículo, es un sistema informal, puesto que las reglas no están escritas. De aquí que es más fácil improvisar y por lo tanto tomar malas decisiones al llamar un ascensor. Pero sigue siendo un sistema en la medida que hay correlación entre los distintos elementos y debería haber un función primordial: usar de la mejor manera el sistema de ascensores.

Mi “piensa en el sistema” es un llamado a reflexionar sobre ambos tipos de sistema:

• En un sistema formal, dado que una buena parte de las reglas están definidas (ojo que no digo “escritas”), es simplemente cuestión de seguirlas.

• En un sistema informal, en donde casi nada está definido, tenemos dos opciones: definimos las reglas o pensamos en las consecuencias de nuestras decisiones cada vez que las tomamos.

¿Y qué pasa si no estoy de acuerdo con el sistema?
La educación en nuestro país, desde mi punto de vista, tiene dos grandes problemas:

• Alcance: no llega a todos los que debería y llega deficientemente a una buena parte de los que sí la reciben

• Efectividad: los resultados de los que sí son atendidos son bastante pobres. Completamos el papeleo (certificados, títulos, etc.), pero no estamos formando personas y profesionales que cambiarán nuestra realidad.

Yo creo que si entendiéramos que la verdadera educación no debe depender de las escuelas, institutos o universidades (son solo un complemento), y que la metodología que todavía se lleva en la mayoría de estas instituciones no está transformando personas, terminaríamos contando con un sistema de educación más efectivo y más simplificado (y partir de de esto último, mayor alcance).

El punto aquí, es que yo no estoy de acuerdo con este sistema, pero eso no me da derecho a pasarlo por encima y desconocer que sí hay cosas que se hacen bien, o atacar libremente a alguna institución que puede no estar progresando en esta línea. Lo que corresponde es ponerme a trabajar para mejorar este sistema formal (cambiar las reglas), pero mientras tanto no puedo negar que soy también parte de él.

En el caso de un sistema informal, como el de llamado de ascensores, si no estás de acuerdo con cómo funciona, claramente el mejor camino es definir unas buenas reglas, pero mientras tanto, como siempre nos enfrentaremos con este tipo de sistemas, al menos debemos pensar en qué pasará con los demás elementos cuando decidas hacer una u otra cosa.

Por favor , piensa siempre en el sistema. Es el mejor “sistema”.

*Thinking in Systems – Donella H. Meadows